Respecto a este asunto,responderé a la primera y más evidente cuestión que surgirá sobre este caso.Me refiero a ''ellas'' y no a ''ellos'' por el sencillo hecho de que no conozco a ningún enfermero.Tan simple como eso.
Las enfermeras me cautivan.No por la razón evidente que de nuevo pasa por vuestra cabeza,sino por lo meritoria que es su labor.
Si se suele decir que la gente especial está hecha de otra pasta.Con ellas no se usó pasta alguna,fueron moldeadas con puro acero.
Las enfermeras son gente fuerte.No ya físicamente,que pueden serlo,sino emocionalmente.
Hay una sencilla razón por la que no me agradan en absoluto los hospitales,y es la energía negativa que hay permanentemente en ellos.Gente enferma hablando de lo enferma que está y transmitiendo involuntariamente su malestar al resto.
Cada vez que voy al hospital o vengo de ver allí a alguien siento como mi energía emocional se ve reducida.
Las enfermeras tienen una energía emocional desorbitadamente inaudita,pues han de ver día a día cosas realmente dolorosas y en tanto que son seres humanos esas cosas no pueden serles indiferentes.
Les afecta,pero tienen algo que les hace aguantarlo,y eso es impresionante.
Tratan durante determinado tiempo a ciertas personas.Y porque su labor así lo implica,por pequeño que éste pueda ser,establecen un lazo con esas personas,lo que las hace susceptibles al dolor.Y afrontan más cercanía con la muerte de lo que lo hacemos cualquiera de nosotros.Pero tras todo eso,aún salen del hospital con una sonrisa.
Aportan suficiente energía positiva como para compensar la negatividad de un hospital y no salir ''heridas'' o afectadas.
Teniendo en cuenta la carga emocional que nos implica una visita de un par de horas al hospital,pensad que ellas dedican toda una vida a ello.
Como poco: Gentil.Y verdaderamente impresionante.